Rayos de sol
- Julián Fernández Ortiz
- 26 abr 2018
- 1 Min. de lectura
Llega el día en el que no sabes porqué,

pero todo es melodía.
Nada ha cambiado,
todo sigue igual,
pero tú has mirado.
Te has levantado
y has observado el horizonte.
Sigue exactamente
en el mismo lugar,
el mismo norte.
Entonces
¿Por qué todo parece diferente?
El momento en el que vas
a limpiar el cristal,
ya no está.
La ventana
ahora no tiene filtro.
Una sonrisa
se está dibujando
en tu cara.
Tu cerebro te dice ¡para!
Pero tu cuerpo
no piensa escuchar nada.
Oteas arriba y abajo,
y parece que no estás
en el mismo espacio.
¡Muévete! pero hazlo muy despacio,
siente como la vibración de tu pecho
hace que se mueve el corazón.
Un paso atrás. Otro más.
Sigilosa euforia que no va a parar.
¡Ahí está! ¡Eso es!
Todo es exacto
pero nada es extraño.
Acabas de sentir su tacto
y ahora sabes que es mejor que antaño.
El panorama de tu mirador
ya no mira en derredor,
ahora se centra en esa calma.
¡Está justo frente a ti!
Hacía tanto tiempo,
que no te vi al deslumbrar el viento.
El confín estaba en el mismo momento,
pero en el fin había un desconcierto.
Lo que antes era oscuro,
hoy, sin dar explicación,
lo han teñido de puro
los rayos de sol.
@jotadoce_
Comments